Trance: La decisión es tuya ¿Quieres recordarla o quieres olvidarla?

Bueno, particularmente, yo amo los enredos. No me gusta que me den todo servido, pero tampoco me gusta que me sirvan mucho o me den una mesa grande con varias selecciones, porque saben, todos nos llenamos, y mi gula, esta ocasión, no pudo satisfacerse totalmente con esta película. Tuve que comprarme un hotdog.

Seria genial probar esto. Trataré de hipnotizarlos. De que entren en "Trance" (nombre de la película), para que me respondan algo. Graben su voz (si gustan, sino, los odio, no nada, es broma) diciendo lo siguiente: Cierra tus ojos. Imagina el mejor cine donde has estado, imagina que estas solo, que eres el primero en entrar a la sala. Siéntate en el asiento donde comúnmente te sientas. No hay dinero, no hay cancha (popcorn), ni hotdog, ni gaseosa. Solo estas tu, la sala y las proyecciones de los transcendentales fotogramas de tu vida: los acontecimientos que han forjado tu vida, tus amarguras, tus alegrías, tus penas, tus triunfos, tus amores. Y detengamos un momento ahí. Pon pausa. Revisa esa parte de tu vida. Diferencia el dolor y la alegría, el amor y la obsesión,  la realidad y la ficción. Pregúntate: ¿Cambiaría algo? ¿Olvidaría tal parte de mi vida? ¿Olvidaría esa parte donde quise o perdí mi cordura por ella o él? ¿Olvidaría esa parte donde sufrí? ¿Desterraría el recuerdo?

Pregúntense y óiganla con audífonos, sin distracciones, sin esfuerzos, sin mentiras. Si funcionó, se identificarán con la película, si no, ya saben un poco del tema. Si viste la película, no me dejaras mentir. El trama no es simplemente el robo de un cuadro y el no saber donde esta. El trama son los recuerdos perdidos. El trama son recuperarlos.

Honestamente, debo dejar de lado mis gustos cinematográficos respecto a la trayectoria fílmica del director de esta película, Danny Boyle. Desafortunadamente, debo decirle a Boyle, que no fue el mejor film de los que ha hecho. Me pudo sorprender más y me pudo enredar menos. Hubiese preferido que me dé menos preguntas y menos respuestas, que de las dos, mucho. No estoy diciendo que sea mala ni muy mala. Estoy diciendo que tuvo ciertas complejidades en la elaboración de preguntas y "enredos sorpresivos" que a veces al espectador no le atrae. Bueno, particularmente, yo amo los enredos. No me gusta que me den todo servido, pero tampoco me gusta que me sirvan mucho o me den una mesa grande con varias selecciones, porque saben, todos nos llenamos, y mi gula, esta ocasión, no pudo satisfacerse totalmente con esta película. Tuve que comprarme un hotdog.

Algo complejo necesita intensidad para entenderlo y Boyle te la da gradualemente. La película es fotograma tras fotograma. Muy pocos espacios vacíos. Siempre el encuadre esta lleno de una buena fotografía con propósitos.  La edición, a veces no lineal en el tiempo o con cortes importantes, es rescatable. La música y los sonidos, son tambien puntos a favor; al igual que las buenas actuaciones de los actores principales, James McAvoy, Rosario Dawson y Vincent Cassel. Y claro, el nombre de Danny Boyle y su desconocido limite de la mesura, le da un buen peso a este film.

Este thriller psicológico me gustó. La historia es entretenida e interesante. Hace que tengas remordimiento si vas al baño. No me arrepiento de verla. Fueron unos amenos 141 minutos que quedarán en mi hipotálamo y que solo me lo borrara un golpe de escopeta en la cabeza o una hipnotizadora que, probablemente, borre también mis amores perdidos, regida por mi decisión. Bueno, centrándonos en el tema final y el título, yo no entraría o apretaría el botón de "Trance" para olvidar esta película, pero la decisión es tuya. ¿Quieres recordarla o quieres olvidarla?