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Post Personal 22: La Hemoglobina, el Ramen y la Coca Cola
O sea, me rechazaron. Fui ese primer pan Bimbo, fui esa cerveza sin helar, fui esos créditos de la película de Twilight.
Quiero que esto sea algo corto. Les hablaré sobre acontecimientos recientes que me han sorprendido y que hacen que mi vida sea como todas las vidas: una novela mexicana. Así que empecemos con la sangre. Yo estaba en la universidad y bueno, un amigo me dijo que podía donar sangre para las personas con cancer, lo cual respondí: "¿Por qué carajos no?" Quizás así pueda ir preparándome cuando en el futuro comercialicé mi sangre y mi esperma.
Entonces, fui el día siguiente a donar mi sangre. Me pesaron, me preguntaron varias cosas sobre mi actividad sexual, me hicieron llenar un archivo de preguntas, me sacaron unas gotas de sangre y luego, pusieron mi archivo en un folder manila y me dijeron una cosa como "no eres tu, soy yo", pero en este caso si era yo, era mi hemoglobina. O sea, me rechazaron. Fui ese primer pan Bimbo, fui esa cerveza sin helar, fui esos créditos de la película de Twilight. Mi sangre no fue aceptada y de ahí, vino la alteración. Les comenté a mis viejos. Fuimos al doctor. Al parecer. tengo que bajar mi hemoglobina. Tengo que beber bastante agua. Tengo que decirle adiós al cigarro y al Ramen Maruchan y a la Coca Cola y las Mr.chips y a todo lo grasoso. Todo lo rico, toda la adicción, todo de mi todo se fue por una donación. No le hecho la culpa a esa donación: sabia que algo estaba mal en mí. Pero bueno, las cosas deben continuar y la vida ahora apesta un poco a verduras y a agua pura. Hago este post porque quiero despedirme del Ramen Maruchan picante sabor a pollo y a la hermosa coca cola que me ha acompañado mis 2 años en la universidad. Un placer por conocerlas, hermosas delicias de la química. Algún día nos volveremos a topar en mi boca. Algún día. Por ahora, seguiré bebiendo agua hervida del pomo magenta de mi hermana.
Post Personal 21: El japyberday y el deja vú de Setiembre
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- on septiembre 14, 2014
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Quizás estoy así, simplemente, porque es Setiembre, porque es 14 de Setiembre, porque se me acorta el tiempo y porque no sabré que hacer cuando me canten el "japyberday".
Hoy es una noche interesante. Escucho el soundtrack que Arcade Fire hizo para la película #Her, mientras bebo Inka Kola de hoy combinada con Coca Cola de ayer. Al lado mio tengo una galleta margarita a medias y mi golpeado celular de hace 2 años. Escribo esto en mi laptop reparada de hace 23 meses. Estoy pensativo y eso es bueno: me ayuda a escribir. Pero ahora que estoy aquí, no sé exactamente que postear. O sea, sabia que quería escribir sobre Setiembre: es un mes lleno de tortas de cumpleaños y cheesecapes de fresa en mi familia. Es un interesante mes, porque se pasa volando o mis días se pasan volando. No sé. Antes de ayer fui al cine y hoy me cuestiono si en verdad fui. Sé que fui: tengo el boleto de la entrada y me falta dinero. Pero es raro. Siento que hago cosas que ya he hecho y siento que hago cosas nuevas que ya he hecho. Es un extraño deja vú. No estoy drogado, ojo. Estoy con mi usual nivel de ansiedad sin fumar. El punto es que en este mes el pasado esta haciéndome cuestionar varias cosas. Me cuestiona sobre mis anteriores cumpleaños, mis amoríos pasajeros, mis experiencias y mis recuerdos. Me cuestiona y me pregunto, en verdad ¿He pasado esto? De verdad. ¿Fui a ver #BeforeMidnight en el cine? (Spoiler) ¿Lloré en mi cuarto cuando murió Gwen en #TheAmazingSpiderman? ¿Mi vergonzoso comentario salió por MTV? ¿Me tomé esa selfie? ¿Baile el Ras Tas Tas? Repito, todo es un complicado deja vú. Los recuerdos están jugando conmigo y estoy perdiendo por goleada. No sé porqué estoy enredado. Estoy bien, pero algo me jode. Y lo que jode más es que no sé que me jode. Raro. Quizás estoy así, porque dentro de un rato seré el centro de atención, porque recibiré saludos en facebook y llamadas de tíos, primos y abuelos lejanos que no veo usualmente, porque no siento que un año más sea algo increíble o algo para celebrarlo, porque quizás hasta me cuestiono si, en verdad, nací un día como hoy. Quizás estoy así, simplemente, porque es Setiembre, porque es 14 de Setiembre, porque se me acorta el tiempo y porque no sabré que hacer cuando me canten el "japyberday". ¿Aplaudir? ¿Mirar la torta? ¿Cantarme? ¿Pensar en cuándo los científicos descubrirán la respuesta a ese caótico suceso?
¿Cuándo será el día en que los cientificos descubran la respuesta a la caótico pregunta sobre qué hacer cuando te cantan el #japyberday?
— Daniel Sotomayor (@DMSotomayor) septiembre 15, 2014
#PostTweet 22: Otra crítica sobre el perro de moda
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- on septiembre 12, 2014
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Hace unas horas vi en el cine al nuevo perro de moda: #PerroGuardian. Cuando la terminé de ver me quedé como Carlos Alcántara en casi toda la película: silencioso. Mi silencio me decía todo: no encontraba una crítica negativa relevante que pudiera hacer a una película densa, lenta pero muy bien realizada. La fotografía y la puesta en escena estuvieron increíbles: ambas le dieron un ambiente genial (el color se parecía a la de #Biutiful de Iñárritu) . La música igual: le da un toque de oscuridad pero, a la vez, muestran los sentimientos detrás de ese poco parlamento del Perro. Me encantaron algunos eufemismos y la actuación de Alcántara fue más que rescatable. Sin duda, no es una película que le puedas criticar fácilmente por sus elementos cinematográficos, sino más bien por tus gustos. En mi caso no me pareció un bodrio ni una maravilla. Tuvo excelentes escenas que me encantaron, pero no todas fueron así. Siento que no me terminó de saciar. Como que me dejó con la coca cola en la boca. Como que me apuntó, pero no me disparó, y si lo hizo, como que la bala me rozó la oreja. Nada más.
Puntaje: 7/10
Post Personal 20: El rastro de su sangre en la cocina
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- on septiembre 02, 2014
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Por cosas del destino, el vaso chocó contra una de las puntas de la repisa, lo cual provocó la fractura del vaso. Un vidrio se incrustó en su dedo y el ADN rojo solo se dedicó a apoderarse de la cocina mediante gotas.
Había llegado a casa de comprar algunas películas piratas que ya había visto. Había comprado #Her y #BeforeSunrise. Ustedes se preguntarán: ¿Por qué se las compra si ya las vio? Bueno, no sé, pero hay momentos en mi rutina en las que deseo regresar a esa momento donde sentía todo. En ese momento donde no solo recordaba los hechos, sino también los sentimientos. Verlas de nuevo me hace regresar en el tiempo. Verlas me hacen sentir un poco diminuto y vacío, lo cual a veces es bueno sentir: motiva.
En fin, llegué a casa y encontré a mi papá ayudando a mi mamá: ella se había cortado el dedo. El rastro de su sangre estaba en el porcelanato de la cocina. Yo la miré y le dije: "creo que necesitas sutura, o sea, puntos". Ella respondío: "no, no, pásame el alcohol y un poco de algodón". Obedecí: es mi madre. Mientras ella se "curaba", mi papá me describía el suceso épico. Mi mamá estaba lavando los vasos y bueno, se le cayó uno. Ella ya había tenido esa experiencia: había roto mi precioso vaso de superman. La cuestión es que esta vez sus reflejos se activaron y generaron que ella choque el vaso contra una repisa para que no se cayera, pero, por cosas del destino, el vaso chocó contra una de las puntas de la repisa, lo cual provocó la fractura del vaso. Un vidrio se incrustó en su dedo y el ADN rojo solo se dedicó a apoderarse de la cocina mediante gotas.
Ella necesitaba puntos, así que la convencí o bueno, ella desistió de la idea de no necesitarlo: nunca le gusta que mi juicio gane. En fin, fuimos al doctor. Obviamente, necesitaba puntos. Entró a urgencias. Yo quería acompañarla, pero me dejaron en la sala de espera. En ese tiempo, rodeado de un clima tétrico, recordé varias cosas que había leído y me asusté: el recuerdo de la prosa de Gabriel García Marquez me aterró. Recordé que había leído un relato de él llamado "El rastro de tu sangre en la nieve". Recordé que lo había leído un domingo en el transporte público -es un buen lugar y tiempo para leer-. Recordé que ese relato me había matado un poco. La había leído hace unos meses para una clase de expresión escrita y lamentablente, me había encantado por dejarme tan petrificado al final. Recordé los sentimientos de ese relato en esa sala de espera y me asusté. No sé por qué. Los que han leído el relato saben de lo que hablo. Pero, o sea, solo era una herida mediana. Pensar en la muerte era estúpido, pero el rastro de su sangre en la cocina me hacía pensarlo. Fue absurdo, no lo sé.
No pasó nada, no se preocupen: ella solo salió algo llorosa y con cinco puntos en el dedo. Era la primera vez que le hacían una sutura. Estaba nerviosa aunque lo negaba todo el tiempo. Fue la primera la vez que la vi vulnerable. Fue la primera vez que sentí miedo en una sala de espera. Y fue la primera vez que recordé tan fuerte los sentimientos.