¿Cómo superas a alguien que murió? Sería absurdo y frío decir, yendo a
sesiones grupales para hablar de ello, o consumiendo drogas, o creyendo que esa
persona está con "Dios”, o solo con el tiempo. En verdad, el sentimiento
nunca se desaparece, solo se vuelve aceptable. Tolerable.
No se me ha muerto nadie cercano todavía, lo cual agradezco. No sé cómo lo
sobrellevaría. Quizás cambiaría. Dejaría de ser yo por un tiempo. No sé. Lo que
sé, es que en "Rabbit Hole", le creí al personaje de Nicole Kidman.
Honestamente, actuó muy bien. La música fue placentera para una historia tan
fuerte. Los actores secundarios también estuvieron correctos. Aunque,
mentiría si digo que la película me parecía perfecta o si fue una gran
película. Siendo objetivo y subjetivo, esperaba un poco más. No me sació
totalmente.
Ojo, no es mala.
"Me gusta preparar mi trago, saborearlo y tomarlo como si fuera un excelente
néctar. No soy de tomar por tomar. Si una flaca o chica me terminó, no lo
soluciono embriagándome".
Bueno, simplemente con leer el título pueden saber unas 3 cosas sobre este post.
La primera es que tiene que ver con alcohol.
La segunda es que había mucho vodka y poco ron.
Y la tercera es que, probablemente, he estado tomando. Descarten probablemente.
Yo no soy ebrio. En serio no lo soy, pero me gusta el ron.
Me gusta preparar mi trago, saborearlo y tomarlo como si fuera un excelente
néctar. No soy de tomar por tomar. Si una flaca o chica me terminó, no lo
soluciono embriagándome -no estoy en contra de los que lo hacen- y si me pasa
algo bueno, tampoco lo celebró tomando -tampoco estoy en contra de los que
hacen eso-.
Bueno, ayer fue una ocasión importante. Era una especie de reencuentro con
amigos del colegio, pero solo fueron la tercera parte, así que fue solo una
ocasión semi-importante. No importa. Lo que sí importa es que, casi, fui el
único que trajo una botella de ron. Los otros trajeron vodka. Y no es que no me
gusté el vodka -alcohol es alcohol-, sino que más me gusta el ron. Lo
disfruto más. Pero, bueno, al final, trago tras trago, olvidas lo que te gusta
y solo tomas para pasarla un rato bien con tus amigos y para despejarte un rato
de la vida. En fin, fue una buena noche y una buena madrugada.
Recalco que no soy ebrio. Tomar en exceso es malo, pero, de vez en cuando, no
hay problema; solo si una chica de casualidad derrama un vaso completo de cuba
libre (ron + coca cola y etc.) sobre el bolsillo de tu jean, donde, por
supuesto, se encontraba tu celular y un cigarro. Gracias por hacerlo. Mi
celular también quería tomar ron. Y claro, el cigarro también. Gracias.
Hay grandes comparaciones entre un robot y un humano, pero a veces
necesitamos a alguien que nos escuche o nos haga compañía. Nada más. No importa
si por sus "venas" corre sangre o cables rojos y azules.
No tengo ningún pariente que sufre de esta enfermedad y agradezco de que no.
No es que sea una terrible enfermedad, sino que es una enfermedad muy difícil
de afrontar, ya que crece con el tiempo. Es decir, no es un cáncer que te lo
extirpas y ya. Es una enfermedad más emocional, más humana. Esta ya no depende
de una persona, sino depende de más. El Alzheimer no solo lo siente la persona
afectada, sino que también la adopta el que la conlleva con esta. En esta
enfermedad necesitas a alguien. No importa que al final se olviden o te olvides
de esa persona. Si o si necesitas a alguien. Necesitas un amigo. Necesitas un
familiar, un primo, un hijo, alguien cercano, o en un futuro, quien sabe, un
ser sin sentimientos: un Robot.
Esta acogedora, encantadora y entretenida película en sus cortos 82 minutos,
se llama "Robot & Frank". El film se sitúa en un tiempo en el
futuro donde nuestros ayudantes en la casa, sirvientes, ahora pueden ser los
robots: unos muñequitos blancos que parecen pequeños astronautas.
Es un film que, posiblemente, no han escuchado hablar para nada y eso es lamentable.
La película es una muy humana, aunque contenga un robot. Si, posiblemente, sea
para ganar dinero, pero es una de esas pocas películas que te dan un mensaje
bien acogedor, bien amable, bien agradable.
Es imposible no encariñarse con el robot. Siempre te encariñaste con ese ser
frío, desconocido, pero tan correcto y sencillo.
El film en un lenguaje audiovisual te habla del Alzheimer. Te habla de la
amistad, de la familia, de la unión, de la motivación y claro, del arte de
hurtar. Hurtar, leyeron bien.
"Frank", un Frank Langella en una actuación tan exquisita, natural y
pura, es un experto, en el film, en hurtar diamantes y perjudicar a las compañías
de seguro. Y claro, sufre de Alzheimer. Y por supuesto, su único ayudante es el
robot, con una gran actuación, por cierto.
En general, la película tiene sus altos y bajos. La música se sitúa en lo
alto. Algunos actuaciones secundarias en lo bajo. Algunas partes en la
construcción de la historia, en lo medio. Pero, en sí, todo funciona
correctamente en conjunto.
No me arrepiento de verla. Los robots pueden ser tus amigos en una soledad,
en una enfermedad. Ellos no sufren del Alzheimer. A ellos simplemente los
formateas con un botón. Triste, después de todo.
Hay grandes comparaciones entre un robot y un humano, pero a veces
necesitamos a alguien que nos escuche o nos haga compañía. Nada más. No importa
si por sus "venas" corre sangre o cables rojos y azules. A veces, los
individuos fríos para personas frías, son la mejor compañía.
"Alguno que otro me preguntaba riéndose o siendo sarcástico ¿Por qué el Séptimo
Danielarte? Bueno respondiendo a eso. Tengo diferentes respuestas. Una agresiva sin lisuras sería: Que te importa. Tú solo lee".
Bueno, este es un post nuevo que estoy implementando porque, lamentablemente
para ustedes, tengo tiempo: estoy de vacaciones.
En estos "Post's Personal" hablaré prácticamente de lo que hago,
de lo que hice, de lo que me gusta, de lo que no me gusta, etc. En general,
hablaré de mi vida. De mi parte Daniel más que todo, pero sin dejar mucho de al
lado al séptimo arte. Quizás hablaré que fui al cine y que me pasó tal o tal
cosa. Estupideces. Cosas variadas, banales para ustedes, pero, bueno, este es
mi blog así que puedes dar click en la x y cerrarme. Es broma. No te vayas.
Bueno, empezaré.
Alguno que otro me preguntaba riéndose o siendo sarcástico ¿Por qué el Séptimo
Danielarte?
Bueno respondiendo a eso. Tengo diferentes respuestas.
- Una agresiva sin lisuras sería: Que te importa. Tú solo lee.
- Una agresiva con lisuras sería: Y a tí que mierda te importa. Lee, carajo.
- Una sarcástica sería: Estaba fumando weed y viendo una película, mientras
me estaba preguntando por qué me pusieron Daniel; de pronto un amigo, serio y
lleno de autoestima, me dijo: tienes que amarte. Así que me dije: Daniel
amarte. Danielmarte. Danielarte. Tienes que danielarte. Y ya. El Séptimo
Danielarte.
- Una amable sería: Bueno. Gracias por preguntar. Nadie lo había hecho.
Respondo tu pregunta, cordialmente, diciéndote que me gusta el cine y me gusta
mi nombre. Entonces, pensé en un título y me dije: Si el cine es el séptimo
arte y yo me llamo Daniel, ¿por qué no las mezclo? Y ya. Nació el título del
blog. Y bueno, también porque quería llamarlo "El séptimo cinéfilo" y
ya la habían tomado. Mierda. Que me quedaba.
Bueno, lamentablemente tengo que ser muy breve aquí, así que
comencemos discriminando –no soy racista– a los que traducen los títulos de
las películas para Latinoamérica. Es insultante que “Chronicle” signifique para
ellos “Poder sin Límites”. Sé que se trata de marketing pero nunca entenderé el
punto de por qué los títulos se distancian tanto del significado real.
Bueno. Dejemos de al lado eso. Esta fantástica película sobre
tres chicos que tras un acontecimiento extraño tienen poderes, está, sin duda,
en mis top ten de ciencia ficción. Tiene un estilo particular usando las
cámaras en mano, ya que la historia está contada como si fuera documental. Eso lo hace tan interesante y a la
vez, tan creíble. Es un film corto en tiempo, pero muy entretenida. Sin duda,
una película totalmente recomendable.
Comenzaré este post diciendo que no me gusta la historia. Ni la historia de
mi país: Perú. Ni la historia contemporánea. ¿Por qué?
Aquí va mi respuesta.
No
me gusta leer, ni aprenderme fechas, ni nombres y ni lugares importantes.
Ya sé. Es cultura general saber la historia de todo, pero no porque sea cultura
me tiene que gustar o ¿sí? El curso de historia del Perú en la universidad la aprobé con lo mínimo,
pero el curso de historia contemporánea me está dando pelea todavía: reprobé
ese curso --el calvo del profesor me odiaba--.
Como dije. No me gusta la historia, pero es cultura. Así que, rebuscando en
mi mente cinéfila acontecimientos de la historia universal, sé más o menos que
es el nazismo, el fascismo y el estalinismo...
Si quiera sé de que trata: expuse
ese tema antes de reprobar. Y, gracias a ello, sé que la película que hablaré
contiene a una Alemania del 2008 (por ello mi título), a un poco la ideología
del nazismo, a un experimento: la tercera ola, a una autocracia y a una
dictadura pequeña pero con un futuro loco que termina asesinándose.
"Die Welle" en alemán. "The Wave" en ingles. "La
Ola" en español. Así se llama el film que hablaré en este post donde no
pienso hablarles sobre historia porque la odio --de verdad la odio-- ni de
ideologías, ni del bien y el mal. Nada de eso.
Les hablaré sobre la calidad del film y les sustentaré el por qué me
gustó.
Bueno, yo vi esta película en una clase de psicología --no, no estudio Psicología--
porque estábamos analizando un tema que no me acuerdo. Creo que era sobre los
grupos sociales. No lo sé, pero aprobé el curso.
Continuemos. La vi, lamentablemente, doblada en español y más lamentable,
porque la vi doblada en el español de España: "Joder, pues qué coño tenía
el profesor". Todos sabemos que en el idioma original (alemán en este
caso) es mejor: ahí si me gusta leer subtítulos.
Bueno, mi profesor ya la había visto y claro, no nos contó nada el maldito,
ni la sinopsis. Pero bueno, la terminé de ver y me encantó. Así de simple. Los
terribles alemanes (disculpen mi insulto) pueden hacer buenas películas: se
podría decir que es la primera película alemana que veo conscientemente y que
recuerde.
Es una película que dura aproximadamente 100 minutos con la cual le alcanza
para satisfacer las bajas expectativas: para mi fueron bajas.
Tiene una buena banda sonora. Tiene unas buenas actuaciones. Un correcto
montaje. Un rescatable guion y una interesante historia que te atrapa desde el
inicio y te mata en el final: una historia pasada, una dictadura, de verdad,
puede volver a suceder en una clase sobre la autocracia en el colegio y solo en
una semana, por dios.
No solo es una camisa blanca, un logo, un graffiti, un saludo, una web,
un nombre: La ola. No solo es eso. Para algunos no simplemente es un
grupo más. Para algunos no solo es una semana de su vida. Para algunos,
en verdad, era su vida. Lamentablemente, el final no fue nada del agrado
de nadie: sentí la bala en mi boca.