No sé si ustedes opinen lo mismo que yo, pero les digo, la soledad es el sentimiento más degenerativo de todos. La soledad no significa estar solo físicamente, la soledad significa sentirte solo habiendo tenido o teniendo personas alrededor.
Un pomo de agua con alrededor de 400/300 mililitros de agua, un reloj, una videocamara, una linterna, un amor perdido, un cuchillo multiusos, una cámara digital, unas sogas, unos arneses, una mochila con bolsa de agua, un egoísmo supremo, unos auriculares, un reproductor de música, un sobre de comida, un mapa, una soledad ganada, ah, y me olvidada, una roca. Todas estas cosas tenia Aron Ralston un sábado del 2003, alrededor de las 3pm, en el Blue Canyon, situado en Utah, mientras su brazo estaba atrapado por una roca en unos cañones.
No sé si ustedes opinen lo mismo que yo, pero les digo, la soledad es el sentimiento más degenerativo de todos. La soledad no significa estar solo físicamente, la soledad significa sentirte solo habiendo tenido o teniendo personas alrededor. La soledad no se contagia, la soledad no se presenta con un hola, que tal, puedo sentirme a tu lado, no, la soledad te la ganas, porque quieres ganártela, y Aron se la ganó, y tanto se la ganó, que nadie, absolutamente nadie, sabia donde había ido de excursión. Y les digo, el no solo ha tenido 7620 minutos (127 horas) solo, el desde que decidió elegir esta soledad, ya la tenia...
Esta gran película (127 horas) basada en hechos reales y extraído del libro "Entre la espada y la pared" de Aron Ralston, es una de mis películas favoritas de todos los géneros, contiene un gran montaje, una rescatable fotografía, una placentera banda sonora, un grandioso joven actor, James Franco y a uno de mis queridos directores de cine, ganador del Oscar por "Slumdog Millionaire", Danny Boyle.
Esta perseverancia en rollos, esta voluntad escrita, este destino roto, esta historia irreal, esta valentía de ciencia ficción, estas ganas de recibir el sol más de 15 minutos al día, esta aceptación de que nadie vendrá a salvarte, esta aceptación de saber que puedes y vas morir, estas despedidas prontas a tus seres queridos mediante tu videocamara, estos recuerdos del ayer perdido, estas ganas de vivir y no morir ahí, esas ganas de tener una familia, esas ganas de ya no estar solo. Todas esas ganas, todos esos sentimientos, todo de todo, el espectador lo siente, porque yo lo sentí, me sentí ahí, me sentí a lado de él, sentí su pena, su fe perdida, su decisión extrema, su dolor, sentí su esperanza.
A veces necesitamos un acto de algún ser divino, o algún acto del destino, o algún acto que te diga, hey, por aquí no, para cambiar de rumbo, para cambiar de pensamiento o simplemente para cambiar algo. Así que no pido un minuto de silencio por la película, sino pido un minuto de silencio por ese cuchillo multiusos hecho en china, por esa roca exacta, por ese cañón desterrado, por esos mililitros de agua, por ese brazo atrapado que le hizo a entender a Aron que tenia que dejar de vivir así esta vida, y comenzar a escribir otra mejor.
2 comentarios
Definitivamente me mataste.
ReplyOjala que eso no sea literalmente, bueno gracias por compartirlo :)
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